En el año 1997 realizamos un estudio que buscaba medir el grado de aislamiento de las familias que padecían violencia intrafamiliar en Chile. Constatamos, con gran sorpresa, que en general los chilenos tenemos redes de apoyo peligrosamente reducidas, realidad que genera sentimientos de soledad y desamparo, íntimamente ligados a los trastornos depresivos que agobian la vida de miles de chilenos. Con esta inquietud y desde una perspectiva de sustentabilidad social, el año 2005 desarrollamos la Red de Apoyo al Empleado, un programa de asistencia que hace disponible la orientación de un grupo de profesionales expertos en los principales problemas que agobian al trabajador y su grupo familiar. Desde entonces, miles de colaboradores que cuentan con RAE ampliaron y fortalecieron sus redes de apoyo, aumentando su resiliencia, reduciendo de tal forma el estrés psicosocial que agobia sus vidas y en general, la de la mayoría de las personas que viven en nuestro país.