Àngels Gallardo
El doctor Pere Gascón ha demostrado que existe una estrecha relación entre la inflamación, el sistema nervioso y el tumor maligno. Las personas que se hunden durante meses en una depresión a causa de una muerte cercana están en riesgo.
Pere Gascón (Barcelona, 1949), es uno de los máximos exponentes internacionales en la investigación que vincula sistema nervioso –las neuronas, el cerebro– y cáncer. Ejerce en el servicio de Oncología del Hospital Clínic. Fue su responsable hasta el 2015.
Usted ha estudiado la
relación entre sistema inmunológico y cáncer.
Soy inmunólogo tumoral y siempre he investigado el microambiente que rodea al
tumor: los linfocitos, los macrófagos… con el fin de atacar al cáncer. Por
desgracia, hemos visto que cuando un tumor se ha aposentado bien, las células
de su microambiente, que son parte del sistema inmunológico, cambian de
chaqueta y se ponen de parte del tumor.
Autoagrede.
Sí. Los macrófagos, que estaban para defendernos, se pasan al bando del cáncer.
Los fibroblastos, que daban consistencia al tejido conectivo, apoyan al tumor,
que las compra y lo favorecen. Así en todos los cánceres.
¿Y en las metástasis? [Diseminación de un cáncer a varios
órganos]
Sabemos que cuando se produce una metástasis existe un nido celular previo que
se aprovecha de procesos inflamatorios crónicos asintomáticos, que tenemos en
diferentes partes del cuerpo sin saberlo. El cáncer crece en núcleos
inflamatorios.
¿Siempre?
Si. Esto es muy importante. El cáncer siempre surge de un proceso inflamatorio,
y crece más en ese ambiente. Es su microambiente.
¿Un ejemplo?
Fácil: ¿qué hace el tabaco? Causa una inflamación crónica en los pulmones.
Fumas e irritas constantemente los bronquios. Eso es un campo abonado –no todos
los fumadores lo sufrirán– para que una célula cancerosa anide allí. Para que
se produzca una mutación.
¿Qué ocurre en una inflamación?
Las células del propio tejido inflamado se van multiplicando, con intención de
repararlo, hasta que hay un error. La inflamación indica que hay células
activadas por un virus, el tabaco, asbestos… No hablo de la inflamación que
surge cuando te tuerces un tobillo. Esa no es cancerosa.
¿La solución del cáncer vendrá del propio sistema inmunológico?
Es uno de los futuros más actuales. Se han identificado las células que
impedían actuar al sistema inmunológico que debe defendernos. Esto es una
revolución de hace cinco años. Hay fármacos específicos para tratar metástasis
por melanoma, cáncer de riñón, y otros. Esas personas, antes morían en pocas
semanas y ahora están viviendo hasta cinco años.
“La línea inmunológica puede ser la respuesta al cáncer en la primera mitad del siglo XXI”
¿Es la línea definitiva anticáncer?
Con el cáncer nunca existirá una línea definitiva. La línea inmunológica,
combinada con otras, puede ser la respuesta al cáncer en la primera mitad del
siglo XXI. Pero la célula cancerosa se las sabe todas. Se hace resistente. Yo
ya no estoy ahí.
¿Y en qué está usted?
En el desarrollo de algo que identifiqué hace 20 años, cuando trabajaba en
EEUU. Descubrí que células del cáncer de mama tenían un receptor [enlace] que
es un neurotransmisor [mensajero químico entre neuronas]. Yo siempre he tenido
la neurología en la cabeza, y la he estudiado muchísimo. Entonces pensé: si un
producto de las neuronas libera una sustancia que se une a un receptor de la
célula cancerosa, eso significa que existe una comunicación entre sistema
nervioso y cáncer.
¿Lo confirmó?
Si. Un investigador de Sevilla, Miguel Muñoz, siguió mis publicaciones y
demostró que prácticamente en todas las células cancerosas que él estudió
existía aquél receptor neuronal que yo encontré. Lo detectó en tumores de
colon, próstata, pulmón, cerebro y leucemias.
¿Y qué ocurrió?
Vimos que esos cánceres también tienen receptores de otro neurotransmisor, la
adrenalina. Luego, si en las células cancerosas existen receptores de
neurotransmisores, eso significa que el sistema nervioso está dialogando con el
cáncer. Y ahora viene lo fuerte.
Adelante.
Últimamente, hemos demostrado que el sistema nervioso, en general,
propicia el crecimiento del cáncer, forma parte de la tumorogénesis, es decir,
de la formación y el crecimiento del tumor. Varios investigadores de EEUU han
aludido a esa relación en sus publicaciones.
¿Adónde lleva todo esto?
Hace 20 años que voy detrás de demostrar que existe una conexión entre el
sistema nervioso y el cáncer. Y es lógico, porque el sistema nervioso nos
regula el ritmo cardíaco, la respiración, el intestino. Todo. La sustancia que
yo he estudiado es un neurotransmisor inflamatorio: he observado la conexión
entre inflamación, cáncer y sistema nervioso.
¿Esto relaciona al cáncer con los choques emocionales fuertes?
Por ahí puede ir la cosa. Pero, yo he dicho por activa y por pasiva que las
emociones no causan cáncer. El cáncer es consecuencia de un proceso lento, y el
organismo tiene una capacidad de regeneración brutal. No es fácil generarlo.
Surge de la rotura de muchos sistemas corporales.
“Hay personas de 50 y pocos años que pierden el trabajo y año y medio después les surge un cáncer”
De múltiples coincidencias.
Si. Cada vez tenemos más evidencias de que cuando una persona sufre estrés
crónico, de meses –por la muerte de una persona que te rompe la vida o la pérdida
de un hijo–esas emociones conducen a un estrés en el que se liberan citoquinas
inflamatorias, sustancias que crean un ambiente proinflamatorio del que no se
es consciente. Esto lo hemos visto en personas de 50 y pocos años que pierden
el trabajo y año y medio después les surge un cáncer.
¿Si ese parado encuentra otro empleo el proceso maligno se
detiene?
Imposible saberlo. Si el estrés emocional ha durado muchos meses, es posible
que el proceso canceroso ya vaya por libre. Lo importante es la cronificación
del conflicto.
¿El sistema nervioso potencia las defensas inmunológicas?
Claro. Cuando el sistema nervioso está equilibrado, las defensas están óptimas.
Esto se ha demostrado. Un buen sistema nervioso que permite dormir bien, estar
equilibrado y hacer ejercicio físico potencia el sistema de defensas. Y a la
inversa, sabemos que los estados estresantes, deprimentes y crónicos, son
estados proinflamatorios.
Riesgo de cáncer.
Lo que causa el cáncer no es la emoción, sino el proceso que conduce a un
ambiente celular inflamatorio, que es esa situación personal negativa.
El estrés emocional crónico puede poner en marcha el proceso que inicia un
cáncer.
¿Qué tipo de estrés es maligno?
El continuo, que va ligado a una depresión e impide dormir. Puede tener su
origen en el trabajo o en una vida familiar infernal.
¿El control mental de cada persona en esas circunstancias límite es determinante?
Sí. El control mental de cada cual es determinante. Se suma a su predisposición genética.
Pere Gascón, es un oncólogo español que desarrolló durante 24 años su carrera en Estados Unidos, donde en 1995 fue elegido “Médico del Año” en el estado de New Jersey. Es Consultor Senior del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clinic de Barcelona y responsable del equipo del Laboratorio de Oncología Molecular y Traslacional -IDIBAPS- de la Facultad de Medicina.